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La madre de Nicky Jam fue inspiración para hacer música y volverla a ver a los 30 años

Todos conocen, o quizás, la gran mayoría sabe algo sobre la triste historia que le tocó vivir al cantante Nicky Jam desde niño; primero, estar sin su madre; segundo, caer preso y tercero, el vicio de las drogas que casi lo lleva a la muerte. Todos estos episodios lo vivimos junto a él en su serie para Netflix “El Ganador”. 

Como un libro abierto, y si vergüenza alguna por lo sufrido el artista habló durante su participación en el show de televisión “El Hormiguero», allí el cantante contó con detalles de cómo fue el reencuentro con su mamá.  

“Yo me reencontré con mi mamá a los 30 años”, dijo durante una entrevista en España el cantante, al tiempo, que aseguró que no estar cerca de ella durante su adolescencia le dio mucha “rebeldía” por lo que cayó en el vicio de las drogas. 

“Muchas de las cosas que hice en la música las hice porque dije a lo mejor si me hago famoso y ella me ve, me encuentra y fue lo que exactamente pasó”, acotó Nicky Jam. 

Agregó que un día fue a la República Dominicana hacer un show, y su guardaespaldas le comenta: “Nicky hay una señora que dice que es tú mamá y ahí mismo el corazón me hizo paaaaaa y yo dije esa es mi mamá, tráemela pa´ acá”. 

Contó que ayudó a su madre a “limpiarse” porque su progenitora era adicta a las drogas, al igual, que su papá. 

“Todos venimos de ese núcleo, pero rompí las cadenas y ahora toda la familia se arregló, y estamos bien limpio gracias a Dios y al todo poderoso”, asintió el intérprete de “Whine Up» que dice tener en su cuerpo 38 tatuajes. 

Nicky, quien cumple diez años limpio de alcohol y drogas este 2019, reiteró que la intención de llevar su historia “El Ganador” a la pantalla se hizo con la intención de tocar a la juventud.  

“Me fui muy gráfico porque me interesa que la gente vea lo fuerte que fue mi vida, del boquete, de la oscuridad que yo salí y si lo hacía muy bonito la juventud no se iba a identificar con eso”.    

La historia real de Jam se remota aquellos años en los que, además, de permanecer tres (3) años preso también se tomaba unas 39 pastillas de «Percocet, tenía codeína, era prácticamente como la heroína», y “me enfermaba si no me tomaba las pastillas”.